lunes, 6 de julio de 2015

TRIATLON XTERRA BASQUE COUNTRY

El domingo 21 de junio Mikel y yo nos acercamos hasta el embalse de Landa en Álava para participar en el triatlón XTerra Basque Country.
XTerra es una franquicia que organiza triatlones de montaña caracterizados por presentar recorridos bastante extremos, es decir, no aptos para todos los públicos. Existían dos modalidades, la Open (para los menos atrevidos) y la Pro. Nosotros participamos en esta última: había que recorrer 1500m nadando, después coger la bici de montaña y completar 38km y un desnivel de 1800m; y para terminar, dejar la bici junto al Santuario de Aranzazu (ya en Gipuzkoa), calzarse las zapas de trail y correr por el monte 11km.





 A las 10:45 ya estábamos los 107 participantes de la categoría Pro catando el agua del pantano. No estaba tan fría, y el día estaba despejado, así que resultaría agradable un buen chapuzón para luego ya pasar calor en la bici. El embalse de Landa es desde luego un sitio ideal para celebrar una prueba de estas características.



 Llegaba a esta prueba con muchas ganas, sabiendo que mi fuerte es la bici de montaña, que corriendo en terrenos duros y rotos me defiendo bien, y con la garantía de que en el agua no iba a ahogarme. A pesar de no haber entrenado muchos largos de piscina, sabía que podía mantener un ritmo decente y no perder demasiado tiempo, sabiendo que podría recuperarlo en un recorrido de bici duro y técnico


A las 11:00 estábamos ya todos listos en la salida. Las boyas que delimitaban el recorrido se veían muy lejos. El neopreno y la adrenalina apretaban, que suene ya la sirena!! Primeros metros de mucho agobio, en el agua las patadas y manotazos parece que están permitidos, así que toca sufrir un poco. Al de unos minutos ya se coge ritmo al nadar más espaciados y concentrarnos en girar las boyas lo más rápido posible. El nadar recto en un triatlón es de lo más importante, para evitar hacer metros innecesarios, y en este caso al ser mi primera experiencia en esta distancia, se notó: la brújula no funcionaba muy bien.
Mikel salió del agua bien posicionado, se han notado las horas de entreno en la piscina de San Ignacio.

Con concentración la orilla se iba acercando y las ganas de coger la bici también. 

Una transición algo lenta y ya estaba montado en la bici. Ahora tocaba disfrutar apretando y recuperando posiciones. Los primeros metros son duros, rampas con mucha pendiente y terreno suelto, pero que vienen bien para que las piernas se asienten al nuevo esfuerzo. Sin embargo, un pinchazo en la rueda delantera me hace parar para repararlo y perder unos minutos. Bueno, no pasa nada, esto es largo. A medida que se va ganando desnivel el terreno se vuelve más roto y las rampas más pronunciadas. Voy adelantando a gente que tiene que bajarse de la bici para superar los tramos más complicados.

Una vez coronado el primer pico, empezaba una bajada rápida con toboganes. Estaba claro que no era el día. En una zona rápida sufro un reventón en la rueda delantera que me deja fuera de carrera. Una pena, pero son cosas que pueden pasar. Me paro a descansar disfrutando del paisaje mientras me van superando triatletas. “Todo bien, he reventado, ánimo”. Los tábanos acechan así que me doy la vuelta con idea de llegar a la salida. Son unos 8 km por delante. Después de correr un rato me cruzo con la bici escoba. Al ver que me atacan los bichos me deja un spray repelente, el tío va preparado. Continúo pateando hasta llegar al embalse donde localizo a gente de la organización.
Organizan una furgoneta para llevarnos a dos participantes retirados hasta Aranzazu. La carretera es sinuosa, pero los paisajes espectaculares, lo que no hace sino darnos mucha envidia de no haber podido continuar el recorrido.

Ya en el santuario, soy un espectador más, viendo cómo los participantes dejan sus bicis llenas de barro, se calzan las zapatillas y arrancan a correr el último sector por una fuerte subida. Justo en el momento que llego aparece Mikel entrando a boxes con cara de esfuerzo a dejar la bici y arrancando seguido a correr cuesta arriba.

Con el tiempo van llegando los triatletas a meta, el primero Rubén Ruzafa, exbiker profesional ya ahora dedicado a este tipo de pruebas. Tan dedicado que es el campeón del mundo de esta modalidad de Xterra. Las caras de esfuerzo son máximas, pero también la alegría por terminar una prueba tan dura y espectacular. Fueron 79 los que terminaron en categoría Pro. Mikel termina tercero en su categoría, gran resultado!!



Agradecer a la organización por ofrecernos la posibilidad de disfrutar de un recorrido tan espectacular y mil gracias a nuestros acompañantes, asistentes y fotógrafos ;)