El domingo 21 de junio Mikel y yo nos
acercamos hasta el embalse de Landa en Álava para participar en el triatlón
XTerra Basque Country.
XTerra es una franquicia que
organiza triatlones de montaña caracterizados por presentar recorridos bastante
extremos, es decir, no aptos para todos los públicos. Existían dos modalidades,
la Open (para los menos atrevidos) y la Pro. Nosotros participamos en esta
última: había que recorrer 1500m nadando, después coger la bici de montaña y completar
38km y un desnivel de 1800m; y para terminar, dejar la bici junto al Santuario
de Aranzazu (ya en Gipuzkoa), calzarse las zapas de trail y correr por el monte
11km.
A las 10:45 ya estábamos los 107 participantes de la categoría Pro catando el agua del pantano. No estaba tan fría, y el día estaba despejado, así que resultaría agradable un buen chapuzón para luego ya pasar calor en la bici. El embalse de Landa es desde luego un sitio ideal para celebrar una prueba de estas características.
Llegaba a esta prueba con muchas
ganas, sabiendo que mi fuerte es la bici de montaña, que corriendo en terrenos
duros y rotos me defiendo bien, y con la garantía de que en el agua no iba a
ahogarme. A pesar de no haber entrenado muchos largos de piscina, sabía que podía
mantener un ritmo decente y no perder demasiado tiempo, sabiendo que podría
recuperarlo en un recorrido de bici duro y técnico
A las 11:00 estábamos ya todos
listos en la salida. Las boyas que delimitaban el recorrido se veían muy lejos.
El neopreno y la adrenalina apretaban, que suene ya la sirena!! Primeros metros
de mucho agobio, en el agua las patadas y manotazos parece que están
permitidos, así que toca sufrir un poco. Al de unos minutos ya se coge ritmo al
nadar más espaciados y concentrarnos en girar las boyas lo más rápido posible.
El nadar recto en un triatlón es de lo más importante, para evitar hacer metros
innecesarios, y en este caso al ser mi primera experiencia en esta distancia,
se notó: la brújula no funcionaba muy bien.
Mikel salió del agua bien posicionado, se han notado las horas de entreno en la piscina de San Ignacio.
Con concentración la orilla se
iba acercando y las ganas de coger la bici también.
Una transición algo lenta y
ya estaba montado en la bici. Ahora tocaba disfrutar apretando y recuperando
posiciones. Los primeros metros son duros, rampas con mucha pendiente y terreno
suelto, pero que vienen bien para que las piernas se asienten al nuevo
esfuerzo. Sin embargo, un pinchazo en la rueda delantera me hace parar para
repararlo y perder unos minutos. Bueno, no pasa nada, esto es largo. A medida
que se va ganando desnivel el terreno se vuelve más roto y las rampas más
pronunciadas. Voy adelantando a gente que tiene que bajarse de la bici para
superar los tramos más complicados.
Una vez coronado el primer pico,
empezaba una bajada rápida con toboganes. Estaba claro que no era el día. En
una zona rápida sufro un reventón en la rueda delantera que me deja fuera de
carrera. Una pena, pero son cosas que pueden pasar. Me paro a descansar
disfrutando del paisaje mientras me van superando triatletas. “Todo bien, he
reventado, ánimo”. Los tábanos acechan así que me doy la vuelta con idea de
llegar a la salida. Son unos 8 km por delante. Después de correr un rato me
cruzo con la bici escoba. Al ver que me atacan los bichos me deja un spray
repelente, el tío va preparado. Continúo pateando hasta llegar al embalse donde
localizo a gente de la organización.
Organizan una furgoneta para
llevarnos a dos participantes retirados hasta Aranzazu. La carretera es
sinuosa, pero los paisajes espectaculares, lo que no hace sino darnos mucha
envidia de no haber podido continuar el recorrido.
Ya en el santuario, soy un
espectador más, viendo cómo los participantes dejan sus bicis llenas de barro,
se calzan las zapatillas y arrancan a correr el último sector por una fuerte
subida. Justo en el momento que llego aparece Mikel entrando a boxes con cara de esfuerzo a dejar la bici y arrancando seguido a correr cuesta arriba.
Con el tiempo van llegando los triatletas a meta, el primero Rubén Ruzafa, exbiker
profesional ya ahora dedicado a este tipo de pruebas. Tan dedicado que es el
campeón del mundo de esta modalidad de Xterra. Las caras de esfuerzo son
máximas, pero también la alegría por terminar una prueba tan dura y
espectacular. Fueron 79 los que terminaron en categoría Pro. Mikel termina tercero en su categoría, gran resultado!!
Agradecer a la organización por
ofrecernos la posibilidad de disfrutar de un recorrido tan espectacular y mil gracias a nuestros acompañantes, asistentes y fotógrafos ;)