miércoles, 27 de octubre de 2010

Reto Octubre 2010

Hace unos meses Alex inició una nueva actividad para este blog: plantear un reto cada mes y tratar de cumplirlo. En Junio fueron las marchas de Íñigo Cuesta y de Castilla la Vieja, Julio quedó un poco colgando por todo el tema de la Trilla, en Agosto organizamos la Marcha Ribera del Trema con gran éxito y en Septiembre participamos en la Maratón Alpina Medinesa a un gran nivel.

Este mes hemos querido hacer algo diferente. Planteamos un reto con un punto de locura, sin saber muy bien si seríamos capaces de alcanzarlo. Cosas del azar, este año han coincidido dos pruebas deportivas el mismo fin de semana. No suele ser habitual poder asistir a dos eventos deportivos en un espacio de tiempo tan pequeño, pero resulta que el día 23 de Octubre se celebró el 2º Maratón nocturno de Bilbao (con la posibilidad de hacer la modalidad de medio maratón) y precisamente el 24 tuvo lugar el Duatlón cross de Orduña.

Se puede decir que nos habían servido el reto en bandeja. Así que sólo era cuestión de prepararse física y mentalmente para completar las dos pruebas haciendo un papel digno.

Unos cuantos días de entrenamiento corriendo por Bilbao (no más de 8 km cada día), salidas en bici dos fines de semana (uno de ellos el día de la Bicicleta) y una última puesta a punto en la Marcha Montes de Aranda para afinar las piernas.

La verdad es que no ha sido un entrenamiento muy duro, ni muy intenso. Digamos que hemos entrenado lo justo.


Por fin llegó el día de la verdad. El sábado a las 20.30, después de una cena a base de pasta, salimos de casa para realizar el calentamiento. Las zonas por donde pasaba la carrera estaban llenas de gente participando y muchísima animando. Todo listo para empezar. La salida se hizo un poco de rogar, pero finalmente los fuegos artificiales marcaron el momento de la salida.

Había que correr con cabeza. No empezar muy fuerte para no acusarlo después. Los primeros kilómetros corrimos casi a 6 minutos cada uno, envueltos en el griterío de niños y mayores en la Gran Vía (Maite y Rubén estaban entre ellos). Mantuvimos el ritmo, y poco a poco los kilómetros iban cayendo. Hasta que cruzamos el kilómetro 11 el cansancio no había hecho acto de presencia. Pero a partir de este punto parecía que cada kilómetro tenía 200 metros más, a pesar de los gritos de ánimo de Ángel a la altura del Ayuntamiento. Llegar a la curva de Elorrieta se hizo eterno, pero una vez allí bebimos un poco de agua y nos mentalizamos de que ya sólo quedaba volver. Yo empecé a sufrir a partir del kilómetro 15. Dolores de rodilla y mucho cansancio muscular. Notaba que Alex podía más, pero me esperaba y me marcaba el ritmo. Fue mi liebre particular.


Quedaba poco, pero se hacía muy largo. En el Campo Volantín vimos una cosa extraña. Una chica del público paró una moto de la organización. Casi le atropellan. Lo que trataba de decirles era que llamasen a una ambulancia. Un participante estaba tumbado en el suelo, con los pies en alto y tapado con una manta. La mirada perdida y la gente a su alrededor tratando de reanimarle. La imagen te asusta un poco, ¿y si me pasa esto a mí?. Pero ya lo teníamos hecho. En la llegada algunos apretaron pero nosotros reservamos para la segunda parte del reto. Eso sí, me marqué una voltereta en la llegada para celebrar que habíamos bajado de las dos horas (1:49:00). Para el entrenamiento que hicimos está aceptablemente bien.

En la llegada esperaban Rubén, Maite, Patricia y Marcial. Comimos algo y rápidamente a dormir. Había que recuperar fuerzas para el día siguiente.
Video de nuestra llegada


Nos levantamos y desayunamos (luego se vio que no todo lo fuerte que hubiéramos necesitado). Preparamos todo y para Orduña. Como siempre medimos mal los tiempos y nos quedamos casi sin margen para calentar. Teniendo en cuenta esto y la dureza de la prueba, lo mejor era tomárselo con calma y salir poco a poco.

La primera vuelta corriendo se hizo eterna. Las rampas eran durísimas, y la subida no da descansos. La bajada no ayudó a recuperar ya que las rodillas sufren de lo lindo. Y para rematar el tramo final llano, que te remata antes de coger la bicicleta.

Una vez en el sillín, otra vez a cogerlo con calma. Son dos vueltas, hay que regular. La bajada tiene tramos un poco peligrosos y hay que estar atento. No descansas ni bajando. Y el tramo llano tiene el barro justo para que se te agarre la rueda y tengas que ir exprimiéndote al máximo. La segunda vuelta empezó mal. Las sensaciones eran de pájara, y todavía quedaba mucho. Así que todo empezaba a pintar mal. Y se puso peor cuando empezó a llover. Yo pensaba que me iba a caer de la bici. Casi no tenía fuerzas ni para ponerme de pie en ella. Pero metro a metro conseguí llegar a la meta. Había terminado, y podía decir eso de reto conseguido. Casi me como medio kilo de maíces y cacahuetes (luego me enteré de que Alex lo había hecho, pero sin el casi).
Aquí tenéis un vídeo resumen del día: http://www.dailymotion.com/video/xfjvqm_orduna-ultimate-2010_sport 

La verdad es que ha sido un reto muy duro, pero sobre todo muy motivador y muy bonito. Las dos pruebas han sido espectaculares y hemos rendido a un gran nivel.
Y ahora en Noviembre...

1 comentario:

  1. Si señor con dos co.....(cada uno). Sois unos cracks , seguir asi.
    Nos vemos en el pueblo.

    "Los Mañicos".

    Pd: tengo una duda, ¿como le quedaban fuerzas a Miquel para darse la voltereta, despues de la soba que os habias pegado?

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