miércoles, 24 de noviembre de 2010

Crónica Duatlon Cross Pesquera. Por Rubén

21 de noviembre de 2010

Nada más levantarnos de la cama, vimos como estaba lloviendo y esa imagen no se nos quitó de la cabeza en toda la mañana; vimos la lluvia muy de cerca y en cada instante la sentimos como golpeaba nuestro cuerpo.


Después de cargar todo el material en la furgoneta, nos pusimos en camino y nuestra compañera la lluvia se juntó a nosotros. Después de recoger los dorsales y con ganas de correr, un ciudadano de la zona nos dio unas señalizaciones para no despeñarnos, ya que algunas zonas del circuito estaban muy “pindias”. Nos dirigimos con la furgoneta hacia la zona de salida y aparcamos; pero como no paraba de llover no nos decidíamos a salir de la furgoneta para montar las bicis, poner dorsales e ir poco a poco calentando para la carrera. Cuando faltaban 30 min. para el comienzo de la prueba salimos, llevamos las cosas a boxes y empezamos a calentar.

Nos llamaron y nos acercamos a la línea de salida en la que únicamente estábamos unos 20 corredores (apuntados estaban más pero vieron el percal y ni siquiera se acercaron). Antes de la salida el agua ya empapaba nuestros cuerpos pero cuando sonó el bocinazo todo el mundo echó a correr no sabiendo a lo que nos íbamos a enfrentar. Desde el momento en el que cruzamos la línea de salida para comenzar la carrera nos convertimos en auténticos héroes. El circuito era de 10 km, al cual había que dar una vuelta corriendo. El barro, el agua, los riachuelos… fueron los protagonistas de la jornada; los resbalones, las caídas, correr como un pato mareado… también estuvieron presentes. Después de recorrer 10 km bastante duros corriendo, nos enfrentábamos a 20 km en bici que fueron 2 vueltas por el mismo circuito… a todo esto sumarle el cansancio, el dolor muscular, el no sentir algunas extremidades de nuestro cuerpo, el que llovía cada vez con más ganas… lo que se hacía cada vez más duro.

Mikel y Alex corrieron como máquinas, yo en cada repecho les veía a lo lejos ya que decidí correr con calma yendo con el grupo de cola, el cual se me escapó a falta de 3 km más o menos para coger la bici. Esos 3 km los tuve que hacer solo, los cuales se me hicieron muy largos y duros sobre todo psicológicamente.

Cogimos la bici y todavía nos quedaban 20 km por realizar con nuestra fiel compañera. Mikel y yo (Rubén) lo dimos todo hasta gastar todas nuestras fuerzas, hasta que el motor dijo basta (la verdad es que se echaba de menos un avituallamiento a lo largo de la carrera, sólido a parte de botellines de agua, que agua nos sobraba, jeje!). Nos retiramos, aunque nos dolió no poder acabar uno de los retos más grandes en los que se había convertido este duatlón gracias a la meteorología.

Yo (Rubén) cojí la bicicleta el último, pero en la 1ª vuelta de la bici enseguida superé a un valiente, lo cual me motivó mucho. Pero no fue suficiente para acabar, el tiempo, la falta de comida… hicieron que Mikel y yo nos retiraríamos a falta de 4 km a meta más o menos. Homenaje especial a Alex que consiguió acabar el duatlón, probablemente el más duro que jamás haya corrido a causa de la lluvia y el frío.

Hubo muchísimos retirados pero Mozares BTT consiguió obtener una merecidísima actuación con la finalización de Alex, el cual le echó valor, fuerza, sufrimiento, aguante corporal frente a las extremas situaciones… y a mando de la sunn exact dejó a nuestro equipo en todo lo alto.

Esta aventura la sufrimos y la disfrutamos: Alex, Mikel y Rubén del equipo Mozares BTT. En estas pruebas es donde de verdad sabes tus límites y lo que puede aguantar tu cuerpo.

Anexo:
Añadir que en la salida había 5ºC de temperatura y 2ºC en la cima del circuito. El barro, el frío y el agua congelaron nuestras manos y pies. Para cambiar de plato o piñón había que empujar el cambio con la palma de la mano… los dedos no funcionaban. El barro salpicaba y se te metía en los ojos, con lo que controlar la bici se hacía difícil.

2 comentarios:

  1. Que eso de "pindias" explicame que significa do tiene en castellano de Mozares.

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  2. Es el adjetivo pindio, -a. El significado que se le da es el de “empinado, -a”; de tal suerte, podemos encontrarlo en oraciones como:

    Esta cuesta es muy pindia

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